Azucena Villaflor, una de las primeras Madres de Plaza de Mayo, fue desaparecida el 10 de diciembre de 1977 y, uno días después, arrojada al mar desde un avión.
Azucena nació el 7 de abril de 1924 en Oliden 630, Valentín Alsina. Su mamá Emma Nitz dio a luz con solo 15 años. Su papá, Florentino Villaflor, tenía 21 y trabajaba en una fábrica de lana.
En su adolescencia, Azucena consiguió trabajo como telefonista en una empresa de electrodomésticos, donde conoció a quien sería su esposo: Pedro De Vincenti, delegado sindical. Se casaron en 1949 y tuvieron cuatro hijos.
Uno de esos hijos, Néstor, fue secuestrado por la dictadura militar junto a su novia, Raquel Mangin, el 30 de noviembre de 1976. Azucena comenzó su búsqueda por despachos oficiales y pidiendo ayuda a autoridades eclesiásticas. En ese peregrinar conoció a otras mujeres que también buscaban información sobre sus hijos secuestrados.
Desesperadas ante la falta de resultados Azucena y otras doce madres fueron a manifestarse por primera vez a la Plaza de Mayo el 30 de abril de 1977.
El 10 de diciembre de ese año, en la esquina de su casa de Sarandí, en el partido de Avellaneda, fue secuestrada por un grupo armado de la dictadura y trasladada al centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA.
Días después, junto a las mujeres que habían sido secuestradas en la Iglesia de la Santa Cruz (entre ellas dos monjas francesas) fueron llevadas al sector militar del aeroparque de Buenos Aires, subidas a un avión y arrojadas al mar desde la altura en las costas de Santa Teresita. Sus cuerpos, como los de tantos otros asesinados, fueron apareciendo en la costa y enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. El 8 de julio de 2005 se identificaron los restos de Azucena. Sus cenizas están colocadas al pie de la Pirámide de Mayo desde el 8 de diciembre de 2005.