Hospital Evita

El 30 de agosto de 1952, 35 días después de la muerte de Evita, el presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, inauguró el hospital con el que había soñado su esposa.

Hasta que su enfermedad se lo impidió, Evita vino varias veces a Lanús a ver personalmente como marchaba la construcción del hospital.

El Evita fue uno de los hospitales proyectados por el ministro de Salud Ramón Carrillo, por eso es un hospital “gemelo” al Presidente Perón, de Avellaneda, y al Eva Perón, de San Martín.

Su diseño estaba a la avanzada de la arquitectura hospitalaria. No tenía pabellones como los antiguos hospitales y disponía del máximo confort y el mejor equipamiento.

Constaba de cinco plantas decoradas con mármol de Carrara y mármol travertino, lujosas cortinas, cómodos sillones en las salas de espera; lámparas y arañas de bronce y muebles de categoría.

Además del equipamiento para todas las especialidades médicas, tenía farmacia, biblioteca, sala de lectura, una moderna sala para proyección de cine y un salón de tango y folclore para que los pacientes que estaban internados y podían deambular tuvieran momentos de recreación.

A los pacientes se les proveía de ropa de cama, toallas, pijamas para adultos y niños y batitas y pañales para recién nacidos. Las salas de internación de Pediatría tenían las paredes decoradas con motivos infantiles. También lo tenían los platos y los cubiertos para los niños. A los pacientes adultos la comida les era servida en platos de loza fina con cubiertos de alpaca.

El día de la inauguración, Perón habló desde un balcón del hospital ante una multitud que cubría varias cuadras alrededor.

Junto a él estaban el intendente de Lanús, Adrián Hugo Gayol, y el director del hospital, doctor Horacio Rubio. Durante el discurso del doctor Lorenzo García, jefe del departamento médico de la Fundación Eva Perón, Perón se emocionó y tuvo que secarse las lágrimas con un pañuelo.

El Hospital Evita tempranamente comenzó con las prácticas para jóvenes médicos, antecedente directo de lo que luego se conoció como “residencias”.

A sólo dos años de su inauguración se realizó allí la primera biopsia renal por punción en Argentina. También tuvo la primera sala de neonatología del Conurbano.

El Hospital Evita es conocido internacionalmente porque en él funcionó el más célebre de los servicios de psiquiatría del país, que fue modelo en el exterior, al implementar psicoterapias inspiradas en el psicoanálisis y modelos alternativos a la manicomialización, como el hospital de día y la psiquiatría comunitaria.

La dictadura que derrocó al gobierno de Perón en 1955 destruyó todos los elementos que consideraban “lujosos” para los pacientes y le cambió el nombre al hospital, que pasó a llamarse Gregorio Aráoz Alfaro. En 1988 le fue devuelto el nombre de Evita

El 30 de octubre de 1960, en el Hospital Evita nació el extraordinario futbolista Diego Armando Maradona. El día de su muerte los vecinos colocaron frente al hospital improvisados carteles recordando ese acontecimiento.